A tí como a tantos otros, te gusta con locura practicar sexo oral con tu pareja. En especial que ella te lo practique a tí. Lo que se conoce finamente como felación. Y todavía te gusta más que esta práctica tenga un final feliz: "too paentro".
Pero claro, una vez finalizado el acto a uno le desaparecen las ganas de todo. Ella, contenta de haberte hecho feliz, quiere besarte y se acaramela, porque sigue ardiente. Y a tí introducir la lengua donde todavía quedan restos de tu semen te da asquito. Eres así de mierdas.
A ella tu semen no le sabe a leche condensada precisamente, pero es un acto de amor hacia tí. No le importa. Unas luego lo escupen, otras lo tragan, a otras no les va... No es tóxico.
Dado que ella te ha proporcionado tal placer, jódete y bésala con ganas, y si todavía mantiene el ardor, haz lo propio, proporciónala placer como a ella también le gusta. El cunnilingus (dispone de otros nombres menos técnicos y más vulgares) es otro arte del amor oral, que requiere paciencia y dedicación, y que proporcionará a tu pareja unos momentos de éxtasis inigualables.
Sé que este consejo es una obviedad para la mayoría, porque todos cumplís, como ellas suelen cumplir.
Jajajaja, esas cosas todo es hablarlo. En mi caso no lo hago esperando reciprocidad, simplemente me gusta hacerle disfrutar. Lo de besarle después... va en gustos, pero si tanto te echa para atrás es mejor tener cerca un vasito de alguna bebida rica para dar un trago y "cambiar el sabor". Lo importante de el sexo oral es no hacerlo con asco y tener ganas de complacer sin complicaciones.
ResponderEliminarUn saludo desde un blog amigo ;) BESOS